Tania Blanco: de pintar un mundo, a pintar el mundo

Texto a propósito de la obra de Tania Blanco.

Con la estética generalizada, el poder político de signo autoritario se apropia de los recursos del arte para extender su discurso de propaganda. La estética difusa, como una versión posterior y más sofisticada, se diluye y penetra sin aspavientos, con eslóganes amables, en la esencia de casi cualquier asunto: la elección de la mercancía como fin en sí misma. De la primera, concluía Walter Benjamin que “es la clase de estetización de la política practicada por el fascismo. La respuesta del comunismo es la politización del arte”[1]. Con la segunda no pudo lidiar el teórico comunista Giulio Carlo Argan, desbordado por la época inmediatamente posterior a la Modernidad. Para él, los enemigos de la estética eran la política y la tecnología, siempre atentas para apoderarse de sus cualidades y hacérselas propias. Guy Debord añadió una tercera pata, lo que él denomina “lo espectacular integrado” que, en cierta forma y según contextos, exhibe características de la primera o de la segunda, si bien se asienta sobre ésta, y “que hoy tiende a imponerse en el mundo entero”[2].

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Autoría y autoridad. Sobre la obra de Joxerra Melguizo

Texto realizado con motivo de la publicación  Auctoritas, de Joxerra Melguizo, publicado por el Gobierno Vasco y Galería Trayecto (Vitoria-Gasteiz)

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I

Anteponer la autoridad de la autoría a la obra misma ha sido un principio del arte y se ha desarrollado como un músculo hipertrofiado. Las obras se tasan por centímetros o metros cuadrados, por el peso de sus volúmenes, por el tamaño del soporte o por la producción del vídeo o film que presentan. Incluso en los casos en que acciones o performances se realizaron para ser pasto del tiempo, creyendo ahuyentar de esta forma la fisicidad susceptible de ser tasada, los registros que las evidenciaron han devenido copias, por lo tanto obras seriadas que han entrado en el mercado del arte por la puerta trasera, rápidamente igualada a la entrada principal en prestigio y valor monetario. Nada en arte está exento de ser tasado. Nada, por lo tanto, puede evitar la tasación y, por pura lógica, todo se ha vendido o está a la venta. Sin embargo, es un hecho consustancial a estos modos de tasación y a su valor, el estar ejecutada por según qué artista. Una vez aceptado de forma general el reconocimiento del artista o el respeto hacia su producción, el peritaje o expertización de sus obras corresponde hacerlo al margen de su calidad individualizada, atendiendo principalmente al tamaño, el volumen y/o los costes de producción definitivos. El debate sobre la capacidad de producción de cada artista en relación con la calidad de su obra resultante es un dilema reciente, y ha estado marcado por el propio mercado o sus derivaciones.

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El poliedro de la fotografía. Registro, documento, arte y plusvalía.

Publicado en Lars, cultura y ciudad, nº16, Una ciudad, múltiples culturas. Octubre de 2009.

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Imágenes frente a fotografías
El pasado 18 de junio de 2009, en plena reacción ante los resultados electorales en Irán, el periódico El País publicaba una noticia en portada con el titular “Twitter burla el cerco de los ayatolás” junto con el subtítulo “La Red se convierte en el campo de batalla de una ‘ciberrevuelta’ mundial”. Apenas tres años antes de esa fecha , parte de este titular no hubiera sido posible realizarlo, ni tampoco habría sido entendido por un sector amplio de sus lectores. Puede que incluso un diario como el citado tampoco se hubiera atrevido a publicarlo fuera de su suplemento especializado en tecnología. Tecnicismos como Twitter, Red (escrita su inicial con mayúscula) o el entrecomillado ciberrevuelta no sólo responden a una extensión global de la tecnología, sino que han empezado a verse como herramientas útiles y funcionales para contra atacar abusos de poder o desvelar situaciones comprometidas. En este caso, la tecnología sirvió para denunciar la irregularidad en los resultados electorales, decantados a favor del reelegido presidente Mahmud Ahmadineyad. Con anterioridad a este tipo de ejemplos, una gran parte de las informaciones sobre tecnología, Internet y redes sociales publicadas en las secciones habituales de los periódicos servían para desenmascarar actos subversivos, acciones piratas, intercambios sexuales o redes de explotación derivadas, o bien extendían la crítica a propósito del empleo del anonimato, sobre el cual, se impele constantemente, existe total impunidad en Internet.

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