Xavi Déu. El arte transforma los sueños en realidad

Texto con motivo de la exposición de Xavi Déu en Espai Tactel, València. Hasta el 10 de agosto de 2013.

En determinadas ocasiones, la práctica artística surge de la necesidad de dialogar con la naturaleza de las cosas, convirtiendo en algo palpable aquello que no puede sentirse más que como impulso o sensación inaprensible. En su interior permanece la vieja obsesión de luchar contra el discurrir del tiempo. Como derivación de esto, el arte ha buscado la transformación de los materiales y los objetos para convertirlos en otra cosa, subvirtiendo su función o, directamente, anulándola. El urinario de R. Mutt devino fuente sin líquido, o lo que es lo mismo: el objeto destinado a acoger y encauzar la orina quedaba convertido en surtidor disfuncional de agua. Duchamp trastocó por completo el concepto de belleza de la segunda década del s.XX, pero igualmente, el de la funcionalidad del arte. Desde entonces, ya no debería haber habido necesidad de explicar qué era o no era arte, pues quedaba claro que éste consistía en su acto intencionado, en su actitud de serlo, y no tanto en la particularidad de su búsqueda formal o resultado estético.

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Claredat de l’art

Texto amb motiu de la exposició Un blanco oscuro, de Chema López dins d’el projecte TEST, Vila-real, Castelló. De l’1 de març al 28 d’abril de 2013. Comissariat per Pascual Arnal.

El paradigma de la pintura i la seua situació dins del context general de l’art contemporani necessita, com una qüestió cíclica, ser reconsiderada cada cert temps, com si la seua subsistència depenguera d’aqueixa constant. No obstant això, per damunt de determinades necessitats historiogràfiques, perviu la manera com es realitza l’acostament a l’imaginari personal i col·lectiu d’una època. Aquesta representa un punt de suport des d’on s’intenta entendre el món i posicionar-se, que és més o menys el mode d’oferir(-se) als altres.

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Tomar las riendas

La crisis institucional actual no tiene su fundamento únicamente en la mala gestión de los recursos, sino en la mala planificación de su estrategia. Esto es así si miramos la situación desde la perspectiva de lo común, por la cual quien gestiona tiene el poder y el deber de actuar en consonancia con lo que registran los textos constitucionales democráticos. Es decir, gobernar para todos con políticas para todos que intenten la mejora social de cada uno, con independencia de sus opiniones, siempre y cuando entiendan y practiquen lo que ha venido a llamarse “el juego democrático”. Si observamos la situación desde una perspectiva donde la gestión de los recursos va enfocada al beneficio y el desarrollo de aquellos que ostentan una opinión similar a la promulgada por los gestores del poder y se encargan de transmitirla y extenderla por la sociedad, de modo que cada vez más las opiniones diversas tiendan a desaparecer, entonces entenderemos que las instituciones no deben ni pueden gestionar aquello que es de todos. Y, entonces, hay que tomar las riendas.

En el contexto autonómico de la Comunitat Valenciana, donde las competencias territoriales transferidas parecen un ser o no ser de la personalidad de sus políticos y habitantes, el ámbito cultural contemporáneo sufre un absoluto exterminio. Los gestores culturales, por lo general incompetentes e ignorantes culturales, han ido ejerciendo una presión cada vez más fuerte sobre la cabeza de los autores, sean éstos artistas visuales, dramaturgos, músicos, actores o poetas. Si algún sentido les queda a las instituciones tal y como las construimos y aún perduran, es el de ejercer de faro que alumbra, de información que conduce y educa, de opinión que deja espacio para la discusión y la discordia. Lejos de esto, la actual gestión de la cultura ha pasado de la producción más o menos cuantiosa, a la existencia paupérrima; de la libertad de expresión, a la censura; de una visión contemporánea de la sociedad y la ciudad, a una amalgama de tópicos tradicionalistas que sólo pretenden mostrar lo contemporáneo como una excepción sin sentido, como la actitud estrafalaria de una minoría pedigüeña y tendente a la exageración.

La cultura contemporánea, sin embargo, es una cosa muy seria. Mucho más seria desde luego que el cargo que ostentan un puñado de políticos que reparten sus competencias y se intercambian los cargos con total despreocupación y sin conocimiento real de aquello que asumen. Muchos de los cuales ahora están aquí y mañana dirigen una empresa o fundan un think tank para mantener lo propio. Y es mucho más seria no porque quien lo produce moviliza las masas (que no lo hace) o dice cosas que descubran la verdad (que tampoco); sino porque habla de sucesos y está realizado por personas que viven su contemporaneidad, es decir, que son contemporáneos de los políticos y de esa gran mayoría de conciudadanos suyos que ni saben que existen, ni les gusta que existan. Trabajar desde la resistencia es una cosa muy seria; así como es serio y peligroso, aunque inevitable y necesario, tomar las riendas.

El arte visual contemporáneo es un ámbito complejo y contradictorio. Este arte ya no se conforma con determinados parabienes paternalistas; ni con palmadas en la espalda, que en muchas ocasiones han devenido puñaladas traperas. Este tipo de prácticas, difíciles de definir y deslindar porque habitan los márgenes y los intersticios y son aquí donde suelen dar sus frutos, son resistentes porque nacen de la necesidad, y son realistas porque lejos de representar la realidad, aspiran a construirla. Tomar las riendas es, en este contexto, auto-gestionarse, auto-promocionarse, intentar salir de la marginalidad. Determinados proyectos surgen cada poco tiempo con la intención de evitar los malos hábitos adquiridos por los museos, las galerías, las publicaciones mayoritarias. La red está ayudando a generar unas relaciones que no eran posibles hace unos años, y donde lo oficial no es bienvenido, siempre cuestionado y trivializado por las comunidades sociales en red. Esta es una situación novedosa que puede, o bien generar unas nuevas instituciones que aprovechen partes para cambiar su todo, o bien hacerlas desaparecer a través de su disolución. Se verá si somos capaces desde lo social y lo político de acometer tan importantes transformaciones. Desde lo cultural existen ejemplos que ya no esperan el amén de las instituciones para “ir en paz” por el camino marcado, sino que están construyendo nuevos caminos de autonomía para luchar por la libertad, allá donde éstos puedan dirigirse.

La cultura en su laberinto

Revista Lars, cultura y ciudad. nº13, Construcciones al margen, 2009.

En las ocasiones que se presentan para poder hablar y debatir sobre cultura, escasas, o no tanto, dependiendo de dónde nos situemos geográfica y políticamente, no faltan opiniones sobre la necesidad de su existencia y la importancia de seguir ofreciendo espacios y foros donde poner en común ideas. La cultura ya no es sino un producto de consumo y ha tomado conciencia de su papel decisivo en la mercadotecnia global y, por lo tanto, también en la economía generalizada. Esta situación no es novedosa en sí misma, pero tal vez sí lo sea el hecho de que no deja de redefinirse y metamorfosearse, amoldándose a las condiciones sociales como un organismo vivo lo haría a las climáticas: encontrando el mejor modo de asegurarse la supervivencia.

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(sic) societat i cultura

Publicación periódica para proyecto expositivo
MUViM-Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat. 17 diciembre 2009 – 14 febrero 2010

velluters

sic   Adverbio latino que significa “así”, que se emplea particularmente, colocándolo entre paréntesis, en las transcripciones de textos o documentos, para indicar que cierta palabra o expresión que puede parecer equivocada está así en el original.

(sic) se compone de doce periódicos semanales de 8 páginas cada uno.
Fecha salida primer número: 3 de diciembre de 2009
Fecha salida decimosegundo número: 18 de febrero de 2010

(sic) durante doce semanas quiere generar un espacio (las ocho páginas) que contenga otro (el barrio de Velluters de Valencia).
La intención de (sic) es crear un espacio cultural semanal centrado en un barrio, Velluters, el cual aloja el museo que produce el periódico, y disponer de la independencia y el tiempo óptimos para reflejar las distintas realidades de la zona, en fase de transformación y cambio.

 

Velluters es uno de los cinco barrios que componen la Ciutat Vella de Valencia y el último en despertar a la planificación y reurbanización generalizada de los cascos históricos. Marginado en parte por la apertura de la antigua Avenida del Oeste, hoy Barón de Cárcer, y la construcción de los edificios que lo dejaron enclaustrado entre dos avenidas de gran afluencia de tráfico, la degradación del barrio se acrecienta por la derivación del barrio chino en un lugar de conflicto. Un conflicto irresuelto al que hasta ahora sólo se ha propuesto la aséptica idea de hacer desaparecer a las personas consecuencia de esta irresolución.

El origen gremial del barrio queda atestiguado hoy por los nombres de numerosas calles, no por la existencia real de profesionales agrupados en la zona. Esta idea, sin embargo, ha perdurado hasta el punto de haber modificado su nombre (o recuperarlo), antes denominado barrio de El Pilar o, directamente, el Chino.

La complicidad entre este pasado y el momento actual, en que los comercios tradicionales han desaparecido o se han transformado en locales destinados al ocio o a actividades terciarias, es un aspecto que interesa analizar en (sic). Asimismo, interesa analizar la evolución y el cambio de paradigma de la arquitectura de la zona, cuyo entramado medieval no ha sido respetado en proyectos clave, como el Complejo educativo de Velluters, o donde las intervenciones de nuevos edificios de viviendas han sido más o menos acertadas.

Otro aspecto de interés relacionado con el anterior, se centra en recuperar determinadas voces no tan lejanas en el tiempo y, sin embargo, completamente apartadas del vocerío actual circundante. ¿De verdad hemos cambiado tanto? Y si es así, este cambio, ¿realmente sigue definiéndonos?

Pocas dudas pueden surgir ahora, en este proceso proyectual, a propósito de la principal intención de (sic), que es definir una identidad general a partir del análisis profundo de un particular. Un intento de descifrar un todo abstracto a partir del análisis profundo de una parte concreta.

Puedes ir comprobando los avances de este proyecto y proponer casos de estudio y cuestiones en (sic)

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