Isidoro Valcárcel Medina. Inauguración con tiempo al fondo

Posdata, Levante-EMV, octubre 2003. Con motivo de la inauguración de la Galería Rosa Santos.

Cualquier nueva apertura de un espacio dedicado al arte contemporáneo siempre es un buen motivo para felicitarse, un riesgo que merece ser aplaudido estando como está el panorama de la plástica en nuestra ciudad que, a fuerza de acumular impactos mediáticos, olvida lo más estructural: el día a día y las programaciones continuadas de las galerías de arte. En este caso concreto, además, confluyen otros motivos que otorgan a esta apertura más relevancia si cabe. En primer lugar se reabre uno de los espacios que más contribuyeron a refrescar el panorama artístico valenciano a finales de los 80 y durante la década de los 90. La otrora PostPos ocupa el mismo espacio físico (Bolsería, 21) pero se ha metamorfoseado para ser ahora Galería Rosa Santos; quien fuera entonces el 50% de PostPos asume ahora todo el riesgo en esta nueva aventura en solitario. Un espacio completamente reformado que no quiere centrarse exclusivamente en la exposición y difusión de arte contemporáneo sino que pretende convertirse en espacio de encuentro y lugar de acción, plural y bullicioso. Además de la propia sala de exposiciones, el espacio de Rosa Santos ofrecerá próximamente una tienda-librería en su planta baja y un espacio de distensión en el último de sus niveles, planteándose desde ya como una laboratorio del que deban salir interesantes experimentos.

El otro gran motivo de felicitación es la elección de Isidoro Valcárcel Medina (Murcia, 1937) para la elaboración conceptual de la “escenografía” de esta inauguración inusual. Desde las 12 de la noche del jueves 30 hasta las 12 de la noche de hoy, viernes 31, la galería permanecerá abierta, a modo de celebración, mostrando el resultado de lo que el artista murciano ha ideado para este momento. Cientos de impresos, solicitudes, formularios, hojas de pedidos, matrículas para cursos, hojas de inscripción, de préstamo de obras, becas, solicitudes de admisión a los cuerpos de la Guardia Civil o el Ejército, a Instituciones culturales y Colegios profesionales…, componen el collage que ocupa parte de las paredes de las salas, todos ellos cumplimentados con los mismos datos, el nombre de la galerista y la dirección de la galería. Un verdadero homenaje de 24 horas que actúa de pistoletazo de salida para un camino que ya desde aquí, deseamos largo y fructífero.

Una serie de elementos que han sido el leitmotif, incluso puede decirse que el balance o resultado, en la amplia trayectoria de Valcárcel Medina vuelven a estar, de forma concisa, presentes en esta intervención. La importancia del momento en que ocurren las cosas, la fugacidad del tiempo, lo efímero que resultan los acontecimientos, el registro (o no) de éstos o el cómo hacerlo, la acción como cuestionamiento de la realidad y como replanteamiento continuo de la Función arte, de la Institución arte, del Espacio arte. En esta breve presentación que funde obra personal con acontecimiento inaugural, la obra se mezcla con el espacio, mientras el tiempo adquiere una importancia no sé si real, pero plenamente consciente. Tras estas 24 horas, quedarán los formularios y las solicitudes, quedará en esencia la misma obra, pero habrá cambiado radicalmente y para siempre su cometido, quedando el testimonio de lo que fue. Como en tantas obras anteriores del artista, tal y como aparece escrito en la Presentación del catálogo “Ir y venir” (verdadera e intensa compilación de su quehacer) “la obra de arte ha de ser tan fiel a su momento que sea el momento mismo”. Ante lo cual, sólo queda callarse y disfrutar, mientras dure